La maldad habla al malvado en lo íntimo de su corazón. Jamás tiene él presente que hay que temer a Dios. Se cree tan digno de alabanzas, que no encuentra odiosa su maldad. Es malhablado y mentiroso, perdió el buen juicio, dejó de hacer el bien. Acostado en su cama, planea hacer lo malo;
tan aferrado está a su mal camino que no quiere renunciar a la maldad.
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Dispuesto para tu bien
Qué bueno es disfrutar de la vida cuando todo va bien. Lo difícil, es aceptar la realidad cuando no todo va tan bien.
Para vivir con paz en tu corazón durante esos momentos duros, lo que tienes que saber es que Dios dispone todas las cosas para tu bien. Si amas a Dios, puedes tener la seguridad que El ha decidido
hacerte bien y que esas cosas que vives, por más difíciles que sean, con el tiempo te serán de beneficio para tu vida.
Esta es una realidad que debes abrazar y guardar en tu corazón, para que cuando atravieses tormentas inesperadas, enfermedades, sorpresas desagradables, dificultades en relaciones, problemas laborales, por ejemplo, para esos momentos la verdad que guardaste te será de gran ayuda, y te dará esperanza, ayudándote a pasar cualquier período de pruebas.
Confía en el Señor, el ha preparado buenas cosas para ti.
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Paz y estabilidad garantizadas
Dos de los valores más buscados por las personas son la paz y la estabilidad.
Basta con acceder a las páginas de noticias para conocer que en distintos puntos del planeta la falta de paz y las crisis sociales y económicas están a la orden del día.
Haces bien en edificar tu casa sobre la roca, en creerle a Dios y conocer sus promesas. Estas serán tu cimiento seguro y te guardarán de caer.
Cómo saber quién es quién?
¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos? Un buen árbol produce frutos buenos y un árbol malo produce frutos malos. Un buen árbol no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. 

Por lo tanto, todo árbol que no produce frutos buenos se corta y se arroja al fuego. Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones.
Cuántas veces creemos conocer a las personas, y luego de un tiempo nos damos cuenta que no eran como parecían. Qué decepción! qué tristeza y dolor! La Biblia nos enseña que miremos los frutos y las acciones de esas personas más allá de lo que aparentan. Por más que quieran hacerse pasar por algún falso maestro, falso amigo, falso cristiano, al revisar sus frutos, sus familias, y sus conductas conoceremos su verdadera identidad.
Mi victoria y mi honor provienen de Dios
Que tengas un día feliz, sabiendo que tu victoria y tu honor provienen de Dios.
Dios ha hablado con claridad, y yo lo he oído muchas veces: el poder, oh Dios, te pertenece a ti; el amor inagotable, oh Señor, es tuyo; ciertamente tú pagas a todos de acuerdo a lo que hayan hecho.
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Tal vez haya algunos que intenten difamarte, o busquen hacerte mal. Sigue este consejo de la Biblia, y espera en silencio delante de Dios, porque de él proviene tu victoria. Solo él es tu roca y tu
salvación, tu fortaleza donde jamás serás sacudido.
Que todo tu ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está tu esperanza. Tu victoria y tu honor provienen solamente de Dios; él es tu refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarte.
salvación, tu fortaleza donde jamás serás sacudido.
Que todo tu ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está tu esperanza. Tu victoria y tu honor provienen solamente de Dios; él es tu refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarte.
¿Quieres ser feliz?
El secreto de la felicidad está escondido en Dios. El asegura que los íntegros, los que siguen las enseñanzas del Señor, son felices. No significa que tienes que ser perfecto/a, sino que sigas al Señor. Enfoca tu corazón hacia El, lee la Biblia y sigue sus enseñanzas. Esta es la puerta que abrirá el sendero de la felicidad.
Felices son los íntegros,
los que siguen las enseñanzas del Señor.
2 Felices son los que obedecen sus leyes
y lo buscan con todo el corazón.
3 No negocian con el mal
y andan solo en los caminos del Señor.
4 Nos has ordenado
que cumplamos cuidadosamente tus mandamientos.
5 ¡Oh, cuánto deseo que mis acciones
sean un vivo reflejo de tus decretos!
6 Entonces no tendré vergüenza
cuando compare mi vida con tus mandatos.
7 A medida que aprendo tus justas ordenanzas,
te daré las gracias viviendo como debo hacerlo.
8 Obedeceré tus decretos;
¡por favor, no te des por vencido conmigo!
Salmo 119:1-8
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